12 sept 2009

Óscar Valdez dejó en claro su calidad, Se quedó con la de bronce


La gran esperanza de obtener una medalla de oro en el Campeonato Mundial de Boxeo Amateur, hecho trascendental en la historia del boxeo de nuestro país, se diluyó tras la derrota de Óscar Valdez a manos del ucraniano Vasyl Lomachenco.
La falta de experiencia de Óscar fue determinante en este combate, lo cual dejó evidente con la estrategia de pelea que llevó a cabo. La riña se desarrolló en el Foro Mediolanum, de Milán, Italia.
En el primer round el mexicano salió dispuesto a terminar con su adversario, pero cara pagó su osadía porque no midió las consecuencias de la rapidez de manos que tiene el ucraniano, quien al contragolpe le propinó tres impactos que fueron contabilizados por los jueces. Al tomar clara ventaja en la puntuación, Lomachenco tomó más confianza y continuó el mismo ritmo de pelea, esperando al mexicano, que no lograba conectar a su adversario.
Al finalizar el primer asalto el ucraniano tenía la ventaja de seis a cero.
En el segundo episodio las cosas no mejoraron para Óscar, continuó en forma desesperada tratando de conseguir puntos, pero la experiencia de su contrincante no le permitió hacer gran cosa, Lomachenco siguió esperándolo y atacando nuevamente al contragolpe, lo que le redituó nuevamente tres puntos por uno del mexicano. Al finalizar la tercera ronda el mexicano ya perdía nueve por uno.
Se esperaba la reacción de Valdez en el último round, las cosas resultaron peor aún, ya que Vasyl Lomachenco se dedicó a medir la estrategia de Óscar y conectar con demasiada facilidad a nuestro compatriota, quien en su desesperación por lograr superarlo perdió gas y fue presa fácil del ucraniano, que nuevamente le conectó tres golpes para dejar un definitivo y contundente 12-1 en las tarjetas de los jueces.
De cualquier manera Óscar Valdez dejó en claro que tiene mucha calidad, le hace falta experiencia, la cual adquirirá conforme tenga más roce internacional y se dedique, como hasta ahora, a seguir entrenando bajo la tutela del profesor Francisco Bonilla.

No hay comentarios: